jueves, 1 de septiembre de 2011

DIEZ

¡Ah enormidad de sauces, sonidos de agua que resbalan
lentitud de luceros que se escapan de mis dedos
silenciosa campana triangular
horizonte que se construye en tus ojos, mujer,
caparazón de piedra, en ti grita la tierra!

En ti deliran los ríos y mi espíritu huye en ellos
cuando quieras que así sea
crucificándome en tus largas horas de camino
para hacer que suelte una bandada de palabras
como espinas que lloran a tu retorno

Cercano a mi rostro veo contornearse tu cuerpo de neblina
y tu sombra acecha mis horas en los escondites más queridos
y eres tú con tu brazo de agua cristalina
donde mi cuerpo se humedece y mi sufrimiento se anida

¡Ah tus melosos labios de ternura
redoblan y tiñen los celestes caminos
en una tarde que muere a nuestros deseos!
Así en noches inagotables sobre los cerros
he contemplado a los trigales doblarse en la caverna del viento.

Este pastoril recuerdo me persigue entre las dobleces del río.

Guillermo Torres Ruíz - Antología - 2009