jueves, 20 de septiembre de 2012

Lluvia

Extraño la lluvia, el sonido que hacen los carros en las calles mojadas, el reflejo de las luces en la pista inundada, extraño el abrigarme más de lo debido, el sentirme calientito...

Extraño el frío y el saberme solo para abrigarme aún más; pero más extraño sentir el frío y acercarme más a ti para abrigarnos juntos, ser uno al compartir nuestro calor corporal, que el abrazo, que siempre dice más que cualquier palabra, sea en parte para abrigarnos y en parte para sentirnos protegidos, confiados de nosotros, confiados de nuestro amor, y de que todo lo que con el podemos superar...

Extraño, más que la lluvia, extraño tus abrazos con sabor a eternidad... Tus abrazos con ganas de más... Tus abrazos y todo lo que dejan a medias... Tus abrazos fuertes...

Tanto yo te di, que tu piel aún huele a mí...

Lluvia bendita, lluvia...

martes, 4 de septiembre de 2012

Despedida

Me despido de mi mano
que pudo mostrar el paso del rayo
o la quietud de las piedras
bajo las nieves de antaño.

Para que vuelvan a ser bosques y arenas
me despido del papel blanco y de la tinta azul
de donde surgían ríos perezosos,
cerdos en las calles, molinos vacíos.

Me despido de los amigos
en quienes más he confiado:
los conejos y las polillas,
las nubes harapientas del verano,
mi sombra que solía hablarme en voz baja.

Me despido de las virtudes y de las gracias del planeta:
los fracasados, las cajas de música,
los murciélagos que al atardecer se deshojan
de los bosques de casas de madera.

Me despido de los amigos silenciosos
a los que sólo les importa saber
dónde se puede beber algo de vino
y para los cuales todos los días
no son sino un pretexto
para entonar canciones pasadas de moda.

Me despido de una muchacha
que sin preguntarme si la amaba o no la amaba
caminó conmigo y se acostó conmigo
cualquier tarde de esas en que las calles se llenan
de humaredas de hojas quemándose en las acequias.

Me despido de una muchacha
cuya cara suelo ver en sueños
iluminada por la triste mirada de linternas
de trenes que parten bajo la lluvia.

Me despido de la memoria
y me despido de la nostalgia
-la sal y el agua
de mis días sin objeto-

y me despido de estos poemas:
palabras, palabras -un poco de aire
movido por los labios- palabras
para ocultar quizás lo único verdadero:
que respiramos y dejamos de respirar.

Jorge Teillier
(Chile 1935-1996)
Atardecer opaco... oscuro... sin ti...