miércoles, 14 de mayo de 2008

Momentos

La historia empieza mucho tiempo atrás y como la mayoría de ellas vienen acompañadas por momentos que ayudaron a que la relación se establezca como tal, sin ataduras ni problemas de ningún tipo. Pero recordando esa manoseada canción de los Río que decía 'todo estaba bien, pero llegaste tú'; pues si, llegó alguien y por esos azares del destino di por terminada la relación, o lo que fuera, por mi cojudo egoísmo y porqué no decirlo, por alguien que tarde o temprano, sabía que iba a llegar a aburrirme. Quedando hasta ese momento la historia inconclusa, llena de espacios, de cosas que nunca nos dijimos, de sentimientos que por mi culpa quedaron en el aire, de 'te amo-s' que nunca vieron la luz, permanecieron ocultos sin vuelta atrás. Un tiempo después aquella historia se empezó a escribir otra vez, aunque me cuesta aceptarlo fueron los días más pasables que tenía hasta ese momento en toda mi vida, pero la nube negra que nos acompañaba otra vez apareció y todo lo que fué escrito hasta ese momento desapareció, si, asi como la canción de Zen, se rumorea que se prendió fuego a los escritos con un ya gastado cigarro Hamilton en una de esas largas noches bohemias con amigos de las dos partes, el más afectado -yo, por si no quedó claro- renegando por mi desdicha y los allegados, notablemente contrariados y afligidos, tratando de buscar excusas ilusas y torpemente rebuscadas. Tercamente los editores y protagonistas de la mojigata historia, aunque sinceramente a este punto ya es una novelucha producida y financiada por Caracol -canal colombiano-; vanamente se decidieron reiniciar las conversaciones para así escribir un nuevo capítulo en nuestra coqueta y poco agraciada historieta satírica. Pero, como dice ella, ya no somos los mismos, en realidad somos unos completos desconocidos, con perspectivas diferentes y, por que no, con caminos distintos y opuestos. No lo voy a negar, sí, si me ilusioné; ¿hasta qué punto? mucho más que lo permitido diría yo; ¿arrepentido? nunca por sentir lo que sentí o lo que aun sigo sintiendo; como le dije a ella, me cree mi mundo, me encerré en mi propia película, me hice mi burbuja a prueba de balines hechos de papel, me aluciné mi cuento, hecho por mi y en el cual vertía todas mis buenas intenciones, mi 'y vivieron felices por siempre' estaba totalmente notorio, bien grande incluso con luces de neón que se fueron opacando conforme la conversación telefónica avanzaba. Burbuja rota y me atrevo a decir que nunca más trataremos de componerla, se quedará así, vacía, incompleta, mal herida al igual que mi corazón, pero aun en ese estado, agotado y catatónico nunca se cansará de palpitar por ella.

No hay comentarios: