sábado, 2 de marzo de 2013

Adiós medidor de miseria.

Canalla buen día.

Te abandoné mucho, y aunque la excusa es recontra barata, pasé por momentos muy duros en mi vida, la universidad acabó y es tan difícil adecuarse a esa realidad, abandoné la universidad con ganas de no volver a regresar nunca más, hay pasado casi tres meses, y créeme que la extraño, diablos canalla, nunca pensé decir esto, nunca, pero es la realidad.

Otra novedad es el trabajo, otro mundo nuevo y extraño, hoy se cumple un mes de haber iniciado, y ya viví muchas cosas dentro, cosas que jamás pensé. Este tema aún me tiene consternado canalla, y aunque es un trabajo temporal, trato de hacerlo lo mejor posible, como si de ello dependiera mi futuro, mis otros trabajos, mi realización como profesional. Es raro, me siento raro.

La relación en casa dio un vuelco vertiginoso, pero este tema necesita de otra conversación, queda pendiente, me haces acordar canalla.

Te cuento mi último suceso. Hoy tomé una decisión dura, importante sí, pero dura. Cerré mi cuenta de Facebook, y aunque ahora eso es como perder tu identidad, no tener DNI o renunciar a tu vida (por más monse que suena esta afirmación); pues lo hice, y ahora, pasadas casi cuatro horas aún no me arrepiento. Creo que ya me acostumbré a aceptar las pérdidas y limitaciones con más huevos. Por más huachafas que éstas sean. Sorprendido ¿verdad?. ¿La razón? Simple. Decidí alejarme de todo lo que me hace daño, de la gente que está cerca y que quiero que se aleje, de la gente que esta lejos y quiero que esté cerca, de la gente insistente y también de la insistonta, de la gente dueña de la verdad, de la gente de los mil consejos, de la gente que jamás se equivoca, de la gente que jamás sufre, de la gente que jamás haría lo que yo hice, de la gente que me cataloga sin ni siquiera escuchar toda la historia, de la gente que se cree indispensable, de la gente que me hace daño con sus decisiones, de la gente que ya no me ama, de la gente que esta feliz mientras yo me estoy muriendo, de la gente que me halaga (creyendo que con ello me suben el ánimo y me hacen sentir mejor), de la gente que me dice que merezco lo mejor, de la gente que me dice que soy especial y único, de la gente que no me conoce, de la gente que me conoce demasiado, de la gente que está siempre pendiente, de la gente que no sabe que existo, de la gente que amo y no me ama, de la gente en la que pienso, de la gente que no siente ni un mínimo de mi dolor, de la gente que no sabe nada, de la gente a la que no quiero contar nada, de la gente que me invita a salir, de la gente con la que yo quiero salir, de la gente que por equivocación llegó a mi vida, de la gente que ya no quiero que regrese.

¿Escape cobarde? Sí, lo es. Pero es mi manera de superarlo, espero dé resultado.

Por fin se acabó mi medidor de miseria, sí volveré, pero cuando deje de escupir miserias, cuando haya olvidado, o al menos superado todo, cuando ver estados no me destruyan, cuando esté tranquilo conmigo mismo y con mi vida.

Trataré de mantenerte informado canalla. No con mucha regularidad porque este medio tampoco es tan seguro, pero tengo otro en donde puedo expulsar mis demonios y sin tanto seguidor que moleste.

Cuídate canalla, no hagas travesuras, no destruyas nada que no es tuyo, menos corazones, no sabes el dolor que se siente.

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