Tantos cambios...

Visita a Llacanora en bicicleta.

Momento perfecto...

Nunca me gustaron los cambios, siempre me abrumaron, me cuesta mucho adaptarme a algo nuevamente, y no es flojera, es miedo, terror a lo desconocido, a nuevas reacciones, nuevos sentimientos, y se me complica más cuando está implicada alguna persona importante. Estoy a algunos días de estar casi año y medio en mis lejanías, y desde que decidí dejarlo todo y mudarme para acá (porque sí pues, creo que me mudé sin darme cuenta) he cambiado mucho, mi entorno ha cambiado mucho, y eso me aterra.

Ahora creo que es más difícil lidiar conmigo, pero no lo tomo como tragedia ni me inmuto por este asunto, simplemente mi vida cambió, mis costumbres se alteraron, logré concebir una nueva forma de vida (dejando de lado la anterior), concebí también una muy diferente forma de pensar; y esa dupla vivir-pensar hace que mi esencia no tenga ninguna concordancia con la de muchas otras personas cercanas y me alejo y quiero estar más tiempo conmigo mismo, con las cosas que me gustan, haciendo las cosas que me llenan y siendo feliz a mi manera. Ojo que no todos son superficiales y prejuiciosos, ahora gozo de la compañía de dos locos que son personas maravillosas, y que son las únicas que aguantan mi forma de vida, porque ellos la viven igual, y jamás nos incomodamos porque respetamos nuestros tiempos, y disfrutamos al máximo cuando nos juntamos. A mis 27 años por fin logré ser la persona que quiero ser durante toda mi vida, y esto es muy importante para mí.

Pensé mucho en cómo pasó todo esto, y definitivamente tengo que tomar como principal detonante a la soledad, ella es capaz de afectar nuestra capacidad de comunicación con las demás personas. Mi compañero de trabajo tenía razón al final de todo, en el segundo día que estuve acá me dijo que esa era una de las desventajas de este trabajo, que el roce verbal con otras personas es prácticamente nulo, y si se da, pues es solo de temas laborales, nada más. Eso a la larga merma nuestra actitud social. Y poco a poco se ha ido evidenciando en mi vida. Las encerronas en mi cuarto (cuántas veces mi hermana me reclama por no salir de mi ratonera a hablar un rato con ella y mamá, luego me manipula diciéndome que ella viene a casa solo por mí), los días completos de solo YouTube, o mi colección de películas en BluRay, o mis discos de rock peruano a los que tanto amo, o ir al cine (comprar la cancha y bebida más grandes y luego salir empanzurrado de tanto comer por la ansiedad), o preferir quedarme en casa tranquilo tomando un té y acompañado de un buen libro en lugar de salir a agarrarme a botellazos con mis amigos de siempre en algún bar de la ciudad (es que me aburren, lo siento, tenía que decirlo). Sumado a esto está mi desapego a Facebook, Whatsapp, Twitter o Instagram, no negaré que me encantan, y me distraen mucho cuando estoy de humor tolerante, pero si no es así, me desconecto de todo y estoy tranquilo, la esclavitud a todas mis redes sociales y a mi celular ha sido abolida y superada.

La tarde esta despejada después de una llovizna que me sirvió para tomar algunas fotos. Estoy escuchando "House Arrest" de Bryan Adams, tremendo tema de su disco Waking Up The Neighbours, tremenda joya. El celular está cargando pero solo para escuchar música y tomar fotos, no tengo línea desde hace algunos días y estoy en paz. El último día que tuve internet conversé con una amiga y me dijo que debo estar ansioso por bajar, contando las horas y mordiéndome las uñas. La desmentí diciéndole que hay días en los que ya no quiero bajar, días en que pienso que solo la distancia me tranquiliza y me ayuda. Fui cruel con ella, sé que ella me espera, sé que ella quiere verme. Me repito muchas veces que fui sincero, pero esa sinceridad tal vez la lastimó.

PD1.: La armonía de Dios existe en la tierra.

PD2.: Me gusta cuando mi alma habla porque no la escucho.

PD3.: Deme tres soluciones para llevar, por favor.

PD4.: Quédate con la persona que vea lo mismo (un lobo aullando sobre un techo cercano) que tú.

PD5.: Si te he dicho lo que sentía es precisamente para que te quedes.

PD6.: Nunca había tenido tantos compromisos en mi vida; ya no quiero vida...

PD7.: Como cuando nos dan ganas de estar vivos por dentro. Pero no.

PD8.: Ya nadie regala flores con aroma a cianuro como antes.

PD9.: Pasamos una bonita tarde. Vimos morir a todos.

PD10.: El tiempo se detiene...

PD11.: Modo "Avión".

PD12.: Tal vez amar es aprender...

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Vivo en una época de píldoras para dormir y adelgazar, para

tranquilizarse y morir a domicilio, de plásticos y de pieles, de

corbatas y conservas y de una basura mundial que vaga de

ola en ola en un mar errante.

Época en que se puede morir del corazón sin haber amado.