lunes, 21 de marzo de 2016

Miko

Él, un desdeño de vida que gracias a Dios, y a la ayuda de gente allegada sigue en pie. Hijo desde los primeros minutos de existencia y agradecido por el premio con el que fue sorprendido al encontrar a dos seres desconocidos ansiosos por conocerlo, sus viejos -como irreverentemente él los llama-. Nunca un buen estudiante, y orgulloso de esa etiqueta. Abandonó el colegio en el 5to de secundaria, lo hubiera dejado mucho tiempo antes pero su padre es una persona difícil. Incursionó en la pedagogía, pero luego de un sinfín de advenedizas situaciones terminó dejándolo, no era su vocación -según él-. Luego llegó a parar en la universidad por recomendación, 'desliz' es la palabra que utiliza para catalogar esta decisión. Agrónomo de profesión, es interesante ver como, de un momento a otro, le gusta su trabajo, creo que la paga es buena. Músico desde que tiene uso de razón, y aunque él diga lo contrario, es hace muy poco, créanme. Le encanta el fútbol aunque no lo sabe jugar. Vegano fallido. Ente con presuntuosos aires de escritor frustrado -un fracaso de blogger-. Lector caprichoso. Adicto al trago malo, a los helados con sabores raros, a las amanecidas, a las cursis reconciliaciones, al FIFA y a los controles destartalados por tanto golpe, a las noches largas en plena tertulia y a su guitarra.
Alter-ego.

PD1.: Sabes que estas viejo cuando no puedes subir las escaleras corriendo.
PD2.: Estoy pensando en ti. Como siempre.
PD3.: Verdad es que siempre he sido un hombre sin razón de ser.
PD4.: Mágica mujer.
PD5.: ¡Qué pobre memoria es aquélla que sólo funciona hacia atrás!
PD6.: A los feos nadie nos consuela cuando estamos tristes.
PD7.: Si nos vamos al infierno que no sea por nadie más.

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