La vida siempre es marcada por una serie de oportunidades, incluso por las que perdemos. El problema radica en saber reconocerla cuando ella está parada frente tuyo. Yo he ganado muchas cosas, y he perdido también muchas cosas; pero de lo único de lo que nunca me voy a arrepentir es de la experiencia que he logrado con lo poco que he vivido, de lo que en su momento me hizo feliz, de lo que minuto a minuto me hizo vibrar, de lo que segundo a segundo me hacía desconocerme y reconocerme a la vez. Algunas personas nacen para sentarse junto a ríos, a otras los alcanzan rayos, otras tienen oído para la música, otras son artistas, algunas nadan, otras saben de botones, otras de Shakespeare, otras son madres y otras personas bailan. Pocas personas saben aprender, pocas personas saben enseñar, y otras, muy pocas, saben olvidar. Siempre hay alguien que te enseña algo y a ellas generalmente siempre las olvidamos rápido; pero siempre también hay alguien que te enseña a extrañar, y esa nunca, pero nunca se la olvida. Todos tenemos un porqué, todos vamos, aunque sin darnos cuenta, a algún lugar, todos tenemos un final, y aunque sea tormentoso e impredecible, siempre el destino nos lleva a algún lado. En donde conocerás gente, perderás gente, contruirás recuerdos, aclararás anhelos, amarás a alguien, te decepcionarás; pero al fin y al cabo, te conocerás más, recordarás lo que eras, reflexionarás de lo que eres ahora, e irremediablemente pensarás en lo que querrás ser en el futuro...
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