miércoles, 30 de enero de 2008

Un cronopio pequeño

Yo quería ser un cronopio
un cronopio pequeñito de sensibilidad
y corazón de alcachofa cocida
para que cuando una esperanza me apachurrara
el corazón
salieran lágrimas;
jugo de emociones cocidas.
Yo quería bailar tregua y cantar
mis canciones preferidas, alzar mis bracitos
sosteniendo al sol, ser aplaudido por un público
lleno de famas extáticas
mirando con los ojos de plato sopero
a su cronopio protagónico.
Yo recorrí muchos kilómetros con Julio
bajo los ojos, sobre la memoria y en mis sueños.
Creaba en mi imaginación una declaración
amorosa… que me dijera bajito
apenas que se escuchara un poquito:
Te amo por ceja
no por ser un cronopio que no encuentra
las llaves de la puerta
pero los cronopios, sólo aman a otros cronopios
porque son comprensivos
y la soledad es menos amarga
cuando se acompaña con uno de estos
bichos verdes.
Yo quería ser uno de ellos
pero el destino me ha obligado
a ser una fama mortal.

No hay comentarios: