miércoles, 27 de febrero de 2008

Enfermo

Si es uno el que está enfermo, reclamará hasta el chantaje sentimental que la pareja permanezca al filo de la cama y se olvide de sus planes de diversión. Por el contrario, si es el otro el que cae constipado, uno tratará de hacerle entender que su estado, por muy delicado que sea, no puede recortar la libertad de nadie. En ambos casos, uno siempre exagerará su postura para ganar la pulseada y promoverá maquiavélicamente una gresca para hacer sentir mal al otro.

–“Si quieres anda y diviértete con tus amigas, cof, cof (tos de mentira). No te preocupes por mí. Me quedaré aquí, aburrido, postrado en el lecho del dolor, viendo entre sueños la escuálida cara de la muerte”.

–“Ay, amor, no seas trágico. Hoy es el cumple de Mopi, la recuerdas? mi super amiga de la universidad. No puedo dejar de ir. El plan era ir contigo pero no puedes. Además, me he quedado contigo desde la mañana”.

–“Está bien, anda, yo no te retengo, pero que conste ah. Cuando tú estés enferma y mis patas organicen una encerrona, yo no me quedo contigo ni a palos”

–“Pero no vas a comparar, pues, amor. El cumple de mi amiga es una vez al año, en cambio los malogrados de tus amigos se reúnen todos los fines de semana. No seas egoísta”

–“¿Perdón, dijiste ‘malogrados’? ¿Por qué hablas así de mis amigos ah? Sabes qué, ya, anda nomás con las aguantaditas esas de tus amigas. Déjame aquí, enfermo, yo me las arreglo”

–“Está bien, me voy” (con portazo de puerta)

–“¡¡¡Chau, vete, miserable, y ni siquiera se te ocurra llamarme para ver cómo estoy. Y ojalá que se pudran todos en esa fiesta de medio pelo!!!!”

Polémicas como esa se desatan entre los novios cuando uno de los dos cae infectado por un virus. A pesar de esa posibilidad, qué bien me caería en estos momentos una enamorada que se la juegue por mí.

Uno de los argumentos que más utiliza mi mamá cuando quiere convencerme de que tengo que casarme algún día está relacionado precisamente con ese punto. “Un hombre siempre tiene que tener a una mujer a su lado. El hombre protege, pero la mujer es la que cuida”, me dice mi mami, mientras me alcanza otra taza de té con limón, y me unta Mentholatum en los bordes de la nariz como cuando era niño.

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