sábado, 16 de febrero de 2008

Lámpara

Si el genio de la lámpara existiera, además de la totalidad de los tópicos por típicos deseos, pediría para mí la posesión del don de la ubicuidad. Podría así estar en varios sitios a la vez, ser testigo y parte de situaciones distintas que ampliaran el ángulo de visión de mi particular realidad, esa que considero mi verdad. Circunstancia tal multiplicaría las posibilidades de equivocarme, es cierto. Sin embargo, en proporción directa también marcaría con aspas los aciertos. Y todo esto sucedería si de modo simultáneo fuera víctima y verdugo, juez e inculpado, candidato y elector, por ejemplo.

No hay comentarios: