lunes, 24 de agosto de 2009

Día difícil

y muy a mi pesar, no es la primera vez que pongo este nombre a algún post...

El cansancio puede más que el sentimiento; aburro, y aunque sinceramente esto no es nuevo para mí, aún no me acostumbro a la idea y ella, como la mayoría de las que se me ocurren, me descuadra, me jode; y tercero, pues soy un estúpido reprimido que no hace lo que espero que hagan conmigo, que no hace lo que me gusta que hagan conmigo, que se queda como el perfecto imbecil retrasado esperando a que las cosas se solucionen sin mover un solo dedo, sin esforzarme, sin dar algo mío y recibir algo mejor.

Al ver que el carro se alejaba una brisa extraña recorrió mi espalda, un susurro congelante mi cuerpo y un sentimiento de impotencia que llenó mi alma; cómo parar lo que estaba pasando, cómo detener el tiempo y retrocederlo, segundo a segundo, estudiando todo para saber en qué momento te fallé, en qué momento malogré todo, en qué instante elegí un día pésimo para los dos. La mañana fue difícil, la culpa de no levantarme a tiempo me persigue, bajé lo más rápido posible y no encontré a nadie, mi facultad estaba desértica, te mandé mensaje porque quería saber si tenías clase y me respondiste diciéndome que estabas cerca, alegre fui a verte y no te encontré, o también cabe la posibilidad de que nunca haya llegado, de que tú me esperaste toda la mañana y yo nunca me haya aparecido. La escena del carro es una alucinación espectral que suelo chantarme cada vez que tengo la cabeza muy ocupada, un lapsus inconsciente, un traspié imaginario y subreal que no refleja ni el pasado ni el futuro, sólo mi subconsciente.

Las tres ideas de las que hablo al comienzo del post se centran básicamente en lo que soy, en lo poquita persona que soy, en lo poco que muestro al mundo, a los que me rodean, a los que me estudian con la mirada, y a mi subconciente, a mi alter-ego, a mi mundo interno. Hay días en mi vida que son como si las 24 horas fueran un viaje astral incontrolable, que siento que yo no soy el que está en mi cuerpo, si no que éste se despierta automático y hace las cosas que mejor le parece, que sale, camina, come y demás, sin mi ayuda, sólo miro desde arriba, siempre cerca, siempre solo, siempre distante. Las cosas luego de hablarlas siempre son mejores, siempre, y más en nuestro caso, que los dos nos preocupamos por no hacenos daño , en ese estado no hay reproches que nos ganen, no hay palabras que hieran, sólo hay comprensión y apoyo, nada más.

Ayer la pasé excelente, el sentirte dentro de mi entorno me emociona, el poema de mi tío Guillermo, los comentarios de mi tío Efraín y Wilfredo, las bromas de mi tía Concho, la forma de expresarse de mi tía Mary y la amabilidad con la que todos te tratan es fenomenal, siento que ya eres parte de todo lo que yo soy, ya eres parte de mi pequeña vida.

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