De ves en cuando reviso información sobre la guerra con el país del sur, la sociedad en ese tiempo tenía una particular manera de pensar, hay detalles llamativos y extrañamente repititivos que siguen rebotando en la sociedad actual, es curioso. Hay una sección en las transmisiones de Hildrebandt en sus 13 los lunes en donde el buen César lee fragmentos de diferentes libros y suelta gotas de realidad, de crudeza y de posverdad. Se la recomiendo.
1. El análisis de los movimientos sociales en las sociedades terratenientes andinas plantea una particular dificultad metodológica que se deriva del hecho de que los actores sociales cuyas acciones se busca entender tienen una doble filiación: étnica y clasista. Aquí no se enfrentan simplemente dos clases antagónicas: campesinos y terratenientes; los primeros son, al mismo tiempo, indios, y blancos, los segundos. La lógica de las contradicciones sociales no puede entonces entenderse si los acontecimientos se juzgan únicamente desde el ángulo clasista. Tampoco un análisis que se limite a estudiar las contra dicciones étnicas (vgr. derivadas de la condición de blanco, mestizo o indio) puede dar cuenta de la realidad adecuadamente.
2. No basta, sin embargo, constatar que ambas dimensiones determinan actitudes y comportamientos; esta es una constatación trivial. Los problemas decisivos son: 1) determinar cómo se articulan en la dinámica social concreta lo étnico y lo clasista, cómo interactúan entre sí; y 2) cuál es el grado de autonomía del que disponen. Debatiremos estas cuestiones analizando el comportamiento de los indios-campesinos y los blancos-terratenientes de la sierra central del Perú [2] durante la ocupación de la región por el ejército chileno, en la guerra del Pacífico (1879-1884).
3. Hemos realizado una primera aproximación a estas cuestiones en un texto anterior, sobre el campesinado y la cuestión nacional [3], prestando particular atención a la forma en que la crisis económica ocasionada por la guerra influyó en las opciones entonces asumidas por los diversos grupos sociales de la región. Vamos a abordar ahora el problema desde una nueva perspectiva, utilizando nuevos materiales documentales. Centramos nuestro análisis en las barreras étnico-culturales existentes en el interior de la sociedad terrateniente del último cuarto del siglo xix, y en la forma en que éstas interactuaban con las barreras sociales de naturaleza clasista. En otras palabras, trasladamos el eje del análisis de la infraestructura social al terreno de la superestructura: cultura, ideología y psicología social.
4. Durante la guerra del Pacífico, la sierra central fue ocupada en tres ocasiones por el ejército chileno: entre abril y junio de 1881; entre febrero y julio de 1882; entre mayo de 1883 y agosto de 1884. Para enfrentar a las fuerzas de ocupación, el general Andrés Avelino Cáceres organizó el Ejército del Centro, que fue reconstituido varias veces durante la guerra. Fueron también organizadas innumerables partidas de guerrilleros en las comunidades campesinas (antes llamadas de indígenas), que sostuvieron la llamada Campaña de la Resistencia o Campaña de La Breña, entre abril de 1881 y julio de 1884. Como se comprenderá, la guerra agudizó fuertemente los conflictos sociales que atravesaban a la sociedad andina de la sierra central, hasta entonces latentes, que salieron con inusitada fuerza a la superficie a medida que avanzaba el proceso de polarización social provocado por la profunda crisis que golpeó a la región.
5. Es en este periodo de grave crisis social donde mejor puede investigarse la contradictoria dinámica de la articulación entre los diversos niveles del conflicto social en la región. A los niveles más importantes de conflicto social anteriormente existentes (étnicos y clasistas), la guerra añadió un tercero: el de la confrontación nacional contra un enemigo extranjero, cuya presencia afectaba a todos, aunque fuera en diversos grados y de distintas maneras. Este nuevo nivel de conflicto interactuaba con los otros, redefiniéndolos y siendo a su vez redefinido por ellos. Este complejo proceso, cuyo desarrollo sería difícil de seguir en periodos de relativa estabilidad social, es más fácilmente per ceptible en un periodo de aguda crisis social porque en momentos como éste el tiempo histórico, que por definición es distinto del tiempo cronológico, sufre una brusca aceleración. La proposición metodológica formulada por Marx con relación a las revoluciones sociales, que dice que en tiempos de revolución las sociedades recorren en días procesos que en tiempos "normales" demorarían años, es igualmente aplicable a las guerras. Sucede que las con tradicciones sociales se agudizan en un alto grado. Los intereses de los grupos en conflicto son entonces severamente puestos a prueba y los antagonismos, que en tiempos de paz social permanecían latentes y velados por la ideología, estallan abiertamente, casi sin mediaciones.
6. Aunque en la sociedad de la sierra central de la época existían otros estratos, en el presente ensayo nos limitaremos, para simplificar, al análisis del comportamiento de dos grupos sociales con intereses antagónicos: blancos-terratenientes e indios-campesinos.
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