El ideal machista sería que todas las amigas de tu novia sean guapas y lindas y buena onda (así puedes presentárselas a tus amigos necesitados y, de paso, disfrutar viéndolas), y que todos sus amigos sean feúcos y retrasados mentales (así no te haces rollos cuando ella te avisa que saldrá a almorzar con alguno). Tal feliz combinación, sin embargo, es improbable. Siempre habrá una amiguita pesada y chinche que te caerá mal, y siempre habrá un galifardo que la rondará con el fácil pretexto de que la conoce desde que estaban en el Nido.
– “Ay, gordo, pero si es mi amigo de toda la vida, no seas tontito”, te consolará ella.
–“Entiendo que sea tu mejor amigo, pero ¿eso le da derecho a apachurrarte tan mañosamente y a llenarte de besos en los dos cachetes cada vez que te ve?”, replicarás tú, en tu primer amago de celotipia.
–“Entiendo que sea tu mejor amigo, pero ¿eso le da derecho a apachurrarte tan mañosamente y a llenarte de besos en los dos cachetes cada vez que te ve?”, replicarás tú, en tu primer amago de celotipia.
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