lunes, 21 de diciembre de 2009

Tuyo!

Vamos 3 días sin vernos, sin contar a este, y la frase Te extraño se encuentra tatuada en mi interior, en un constante y doloroso parpadeo. Te extrañé desde que nos despedimos, y nuevamente odio las despedidas, odio los abrazos antes de separarnos, odio el timbrarte y darme cuenta que aunque haga todo nunca entrará la llamada, y es una decepción tras otra, cada vez que lo intento reacciono de la misma manera, como si esa fuera la primera vez que lo hago, siempre la primera vez, siempre la misma sorpresa, pero con mucho mayor decepción. La distancia no es justa con nosotros.

Y ya que tengo mucho que decirte -como bien dice mi mensaje personal en mi msn-, decidí que toda esta semana mi blog, que es mi pensamiento primitivo y mi pedazo de personalidad, hablará solamente de ti -si es que ya no lo hace-, hablará de tu aroma, hablará de tus labios, hablará de el amor que te tengo y que crece a cada minuto que respiro, hablará de mi vida, esa que gira en torno a ti y a nuestro amor; esa es mi única vida que siento presente, esa es mi única vida que quiero que nunca desaparezca, esa vida que me llena y sin duda me hace feliz con todo el sentido que esa palabra puede expresar. Tomé esta decisión porque mi mente todo el día está contigo, y trataré de plazmar todo mi interior lleno de ti es este lugar, no será difícil, ya que el hecho de ser parte indispensable en mi vida facilita mucho las cosas, eres mi aire, mi día a día, mis ganas de vivir, mi razón de seguir.

Por las muchas cosas que pienso a cada instante, decidí también andar un lapicero y un papel a todo lado, ya que las ganas de escribirte aparecen en los lugares más insólitos, más inimaginables, en plena calle, en algún carro, o cuando paso por un lugar en donde estuvimos juntos, y en ese instante imagino a los dos en el mismo lugar, cogidos de la mano, riendo como locos, como solemos hacerlo cuando estamos juntos y felices. En ese momento, que pasa lento, como en una película antigua, ahi necesito como un loco de un papel y un lapicero. Escucho en mi cabeza: '¿Que piensas?', y en ese mismo instante te lo contestaré en una hoja de papel. Esa será mi compañía predilecta, hasta tu regreso. Hasta que logres llenar el pequeño vacío que dejó tu presencia, y que es disimulado con el gran amor que nos tenemos.

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