lunes, 25 de mayo de 2009

Pasado...

Día nuevo, en el que sin pensarlo hice muchas cosas que fueron planeadas en último momento. Visité el pasado, mi amargo pasado, di un paso rápido y tal vez doloroso por su vereda, di una mirada desgarradora al cuadro ya destruido; y sí, si me lastimó -¿nunca me dejarás tranquilo no?- si me dolió recordar. La decisión fue tomada anoche, luego de una llamada traumatizante, como todas las que regularmente me ha estado haciendo. Me enfurecí, hasta el punto de contestarle mal y reclamarle, muy de mala manera. Le colgué y me propuse descansar, amargado, enfurecido, no lográndolo al principio, pero el cansancio era mayor. Ahora desperté -tarde, para variar- y de frente a buscar las cosas que le tengo -excusa perfecta para llamar a joder!- las encontré y me encaminé a la universidad. En la bajada pensé cómo hacer para que las cosas le lleguen, pensé en algunas soluciones, pero sólo una ganó, dije: Yo mismo iré, qué problema puede haber, voy se las dejo y safo... así es, así se hará... Y así fue pues, me encaminé a las 2:30 pm con destino a su casa, y aquí entra la situación extraña, tuve miedo; y aunque antes de eso estaba valiente, la valentía era el fiel reflejo de mi enfado, estaba seguro de mi mismo, estaba convencido que hacía lo correcto, creía que la única manera de hacer que deje de molestarme era diciéndole yo mismo que no quiero que me llame, que quiero perder la comunicación total con la gente que en su debido momento me hizo daño, que ya basta de encontrar excusas estúpidas para incomodarme, y afrontando mi torpe decisión tuve que ir -rompiendo, sin culpa alguna, la promesa que me hice tiempo atrás, la de nunca más regresar a esa casa-, y tuve miedo, miedo al pasado, miedo a que todo eso regrese, miedo a que otra vez la situación que construya me tape la boca y descuadre mis sentidos, miedo a que el pasado me vuelva a hacer daño, miedo a que el pasado me vuelva a quitar todo lo que con sacrificio logro, miedo a estar amarrado a algo enfermizo y sin sentido, miedo a ahogarme nuevamente y con eso se construya otra mancha negra en mi vida. Quise regresarme, lo pensé, es más, bajé la velocidad de la bicicleta y lo pensé por un momento; pero me di ánimos: Sí puedo, no es hora de regresar... Me disfracé de indiferencia y bajé, se las di de la manera más hostil que mi cuerpo pudo reflejar en ese momento, y le dije lo que en este momento es mi consuelo y mi resorte para pensar que lo que hice está bien: No quiero que me vuelvas a llamar, con esto se corta toda comunicación, no quiero que lo hagas, deja de joderme! Y me fui.

Estoy tranquilo y confiado, confiado de que mis últimas palabras sirvan, para que relamente ellas logren, por fin, deshacerme de las llamadas mal intencionadas, deshacerme de todo mi pasado traumático. Promesa nueva -y espero que pueda lograrlo-: No volver a hablar de esto nunca más, aunque mis palabras no hayan sido suficientes y otra llamada me sorprenda nuevamente, no hacerlo, deshacerme de todo empezando con mis recuerdos, no es justo nublar esta ventana con todo mi pasado pintarrajeado de negro...

Pasando a otro tema, ahora se marca una nueva etapa en mi banda, se empezó a componer, se empezó a hacer cosas nuestras, nuestros hijos están en camino, nuestras creaciones nos alegrarán, estoy seguro de eso, totalmente seguro. Mezquinamente quiero comentarios positivos, quiero llegar a ser algo en toda este mundo lleno de comentarios desatinados e hipócritas, pero aún así, quiero que hablen, sea lo que sea, pero que hablen. Trabajando en ello.

Regresando a lo anterior, peleado siempre con el sistema opresor, teorías basadas en la simplicidad de las cosas -como un pan con gaseado o un arroz con huevo-, recuperando costumbres excelentes -como juntarse a hacer música, pensando en recuperar amigos tontamente perdidos, noches de reunas con amigos estimados, sintiendo en el aire la esperanza-, y amándote, cada día más, cada día de una manera diferente, cada día de una forma inigualable... tú eres mi aire...

PD.: TE AMO!

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